La anciana madam Bak era incansable cuando hablaba y contaba historietas y anécdotas de los señores de la casa. Cuando alguien le preguntaba si las dos hermanas eran aficionadas a tocar el arpa, madam Bak se encogía de hombros, como queriendo significar la imposibilidad de dar una relación exacta y completa de las múltiples y variadas perfecciones y de los muchos conocimientos de las dos jóvenes.
te fui queriendo sin una ley sin un horario
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